Después de varios años "vampirizando" foros, blogs y diarios de viaje, creo que ya ha llegado el momento de estrenarme en este mundo y contar mis experiencias viajeras en este blog.

Espero que perdonéis mi falta de práctica y los errores que pueda cometer, y que os sirva para buscar información para vuestros viajes o simplemente, para que disfrutéis al menos una décima parte de lo que he disfrutado yo en estos últimos años recorriendo mundo.

Y como pasa con todo en esta vida, un viaje puede convertirse en inolvidable si la compañía es la adecuada, y yo he tenido la suerte de ir siempre fantásticamente acompañada en todas mis aventuras.

Se admiten críticas, sugerencias, aplausos y abucheos... y todo lo que creáis conveniente, porque eso significará que alguien está leyendo mi blog¡¡¡

viernes, 17 de septiembre de 2010

SEGUIMOS CON EL DÍA 2: PRIMERA TOMA DE CONTACTO CON BUENOS AIRES: EL MICROCENTRO.

Llegamos al HOTEL IBIS OBELISCO. Avda. Corrientes, 1344 esquina Talcahuano y Uruguay. Admite tarjetas. Wifi gratis en el lobby. No incluye desayuno (se puede pagar aparte por 28 pesos). Precio por noche en habitación doble (tarifa internet): 289 pesos.

En todos nuestros días en Buenos Aires nos alojamos en este hotel. Es un sitio fantástico para quedarse porque está en el Microcentro, a menos de 500 metros del Obelisco y rodeado de restaurantes, cafeterías, librerías, kioskos y algunos teatros. A 200 metros hay un Carrefour Express donde se puede comprar comida y productos de aseo.

El hotel está abierto desde hace poco y está supernuevo. Las habitaciones son muy cómodas y limpias, al igual que el baño, y el personal es correcto y amable. Y algo muy importante es que te guardan las maletas sin cargo adicional, cosa que a nosotros nos vino superbién para dejar algunas cosas que no nos iban a hacer falta en El Calafate o en Iguazú. El hotel estaba a tope, así que es imprescindible reservar con tiempo¡¡¡

Llegamos al hotel bastante pronto, sobre las 8:30 y nos dijeron en recepción que tendríamos que esperar un poco para entrar a la habitación (en teoría el check-in es a las 12:00). Así que con las mismas nos apalancamos en los silloncitos que había en el lobby y aprovechamos para mandar algunos mails y llamar a casa para dar señales de vida “bonarenses” Y hablando de LLAMADAS TELEFÓNICAS, nosotros durante el viaje utilizamos sobre todo el correo electrónico para comunicarnos con la familia, pero un par de veces llamamos con el móvil. Menos mal que fueron llamadas tipo “que ya hemos llegado, todo bien, todo muy bonito, un beso” porque al mirar a la vuelta la factura, el minutito nos lo están cobrando a 5 euracos. Así que mi recomendación es llevar un netbook y comunicarse con mails o con el Skype, y dejar el móvil para otros menesteres¡¡¡ 

A las 10:30 nos dieron la llave de la habitación (que bien¡¡¡) así que aprovechamos para ducharnos y cambiarnos de ropa por algo más abrigadito, que ya se notaba rasquilla. Y ya estábamos listos para conquistar la ciudad¡¡¡ Y aunque era la una, un poco pronto, la comida del avión estaba ya en el dedo gordo del pie, así que decidimos ir a comer. ¿A dónde? A la PIZZERÍA GUERRIN. “Creo que quedaba cerca , a ver, uy, si está aquí¡¡” Vamos, el  local que hay justo al lado del hotel. ¡¡Que bien¡¡ Entramos y ya había gentecilla comiendo. Al principio hay una barra donde la gente come de pie y al fondo un comedor de mesas apretadas. Me gustó el ambientillo. Poco turista y mucho porteño. La especialidad de la casa son las pizzas (elemental, querido Wastson) y tienen una variedad enorme. Pedimos dos pizzas chicas y nuestra primera Quilmes de tres cuartos. Estaban buenísimas¡¡¡ Y no pudimos acabarlas enteras. A partir de ese momento empezamos a darnos cuenta de la cantidad de comida que los argentinos son capaces de comer¡¡¡ La fama que se atribuye este restaurante de hacer las mejoras pizzas del mundo puede ser cierta¡¡¡ Siento no acordarme de los precios, pero recuerdo que no me resultó nada caro.

Pues ya estábamos listos para conquistar la ciudad. Tengo que reconocer que la primera impresión no fue del todo buena. Mucha gente, mucho coche y suciedad en las calles. Creo que no fuimos capaces de sentir la verdadera esencia de Buenos Aires. En cambio, cuando volvimos a la ciudad para coger el avión de vuelta a España, ya la sentimos como algo más conocido, más “nuestro”.

Nos encaminamos hacia la Avda. 9 de Julio, con su enooorme Obelisco.


Seguimos hasta la Calle Florida, una calle peatonal repleta de tiendas y de gente. Además en el centro de la calle, siempre había gente vendiendo souvenirs, ropa y mil cosas más. Durante todo el rato te van ofreciendo espectáculos de tango, restaurantes, casas de cambio, etc. La verdad es que con el “jet lag” que llevábamos en lo alto, resultó un poco agotador todo este trajín de gente¡¡¡ 

Entramos en algunas tiendas buscando una “campera” para mi chico. Había preferido comprarla directamente en Argentina y no tener que cargar con ella desde España. Al final se pilló una “Columbia” en una tienda de deportes, bastante más barata que en España.

Hora de merendar: nos metimos en una de las cientos de tiendas que la marca “HAVANNA" tiene repartidas por la ciudad a comernos nuestro primer alfajor. A mí me resultó super-mega-empalagoso, pero hay que tener en cuenta que yo tampoco soy muy aficionada al dulce. En Argentina hay mil tipos de alfajores (rellenos de coco, de brownie, de chocolate blanco, dobles, triples, …) y probé algunos que estaban bastante mejores que los de Havanna, pero tampoco me emocionaron. ¡¡Para gustos, los colores¡¡

Precisamente en la tienda de Havanna comprobamos que hay de cierto en que a los argentinos les encanta conversar. Mientras pagábamos un chico que había junto a nosotros nos preguntó que de dónde eramos. “De España” “Oh, España, ¿de qué parte?” “Del sur, de Andalucía” “Ah, de Andalucía, ¿de qué parte?” “De Málaga, ¿lo conoces?” ”No, pero me gustaría. ¿Y de qué son?” “Ein???" “¿Qué de qué equipo de fútbol sos vos?” Claro, futbol, tema estrella. “Por favor, no me digan que del Boca, que acá todos son del Boca” Y yo que de fútbol argentino entiendo tanto como de baloncesto nepalí le dije: “No, no, yo del River de toda la vida”. Y el chaval más contento que unas pascuas¡¡¡ Y mi chico: “¿Y tú desde cuando eres del River?” La verdad es que los argentinos son una gente estupenda, muy simpáticos y amables. Quedamos encantados con ellos¡¡

Ese día nos acostamos bien pronto. Estábamos reventados del viaje y quedaba taaaanto por hacer…

No hay comentarios:

Publicar un comentario