SANIDAD: Un mes antes del inicio del viaje, fuimos al Centro de Vacunación Internacional. Allí nos recomendaron vacunarnos de Fiebre Amarilla, Hepatitis A y Cólera y nos explicaron las medidas preventivas a tener en cuenta durante el viaje: no tomar alimentos crudos, beber agua potable y embotellada, usar repelente de mosquitos, vamos, lo típico.
Aunque ni Argentina ni Rio de Janeiro son lugares demasiados problemáticos en este sentido, optamos por vacunarnos de las tres enfermedades que nos recomendaron, ya que nos inmunizaban para varios años. La vacuna para la Fiebre Amarilla te la administran en el mismo centro pagando una tasa de unos 40 euros, aunque no recuerdo bien el precio. Las vacunas contra la Hepatitis A y el Cólera las puedes comprar en la farmacia y te las administra un ATS. También son caras, así que se puede intentar que las recete tu médico de cabecera. Todas estas vacunas pueden tener algunos efectos secundarios. Nosotros no notamos nada importante, si acaso algo de dolor en los ganglios (axilas, ingles). No obstante, es preferible ir con bastante antelación al Centro de Vacunación y así evitar molestias los primeros días de viaje.
Como repelente de mosquitos, sobre todo para lguazú ya que en El Calafate los mosquitos están congelados, llevamos RELEC EXTRAFUERTE, que es bastante eficaz y no apesta demasiado. Se puede comprar en cualquier farmacia aquí en España.
Es importante contratar un seguro de viaje. En internet puede compararse el precio de distintas compañías y que cubre cada poliza. Nosotros contratamos un seguro que finalmente no tuvimos que utilizar: buena señal¡¡¡
MONEDA: La moneda oficial de Argentina es el peso. No es posible cambiar euros a pesos en España, así que la mejor opción es hacer el cambio una vez estemos allí, concretamente en el Banco de la Nación donde te aplican el cambio oficial que haya en ese momento. También hay casas de cambio sobre todo en Buenos Aires en el microcentro y en los aeropuertos, pero te aplican tasas más o menos abusivas. Lo mejor es hacer un primer cambio de dinero en la oficina que el Banco de la Nación tiene en el aeropuerto internacional Ezeiza, y luego ir cambiando dinero en la medida de lo posible en bancos o casas de cambio.
Te advierten de la circulación de billetes falsos pero a nosotros no nos colaron ninguno, o al menos, nadie se dio cuenta¡¡¡ Los hay de 100 pesos (unos 20 euros), de 50, de 20, de 10, de 5 y de 2 pesos. Existen monedas de 1 peso y de 50, 25 y 10 céntimos. Yo había leído en muchos foros que las monedas en Argentina escaseaban, así que con esa premisa, me puse a acumular monedas hasta que mi monedero dijo basta¡¡¡ En realidad, no creo que haya tanta escasez de monedas, pero lo que sí es verdad es que en muchos comercios redondeaban los precios a beneficio del comprador para evitar darte monedas en el cambio. Incluso vi junto a las cajas registradoras cartelitos del gobierno informando sobre esta medida.
En la mayoría de comercios admiten tarjetas de crédito, tanto Visa como Mastercard, pero en algunos hoteles y restaurantes, sobre todo fuera de Buenos Aires, o no las aceptan o te hacen un 10% de descuento si pagas en efectivo, así que es mejor preguntar antes.
En Rio de Janeiro utilizan el real. Nosotros cambiamos el dinero para los tres días que íbamos a estar en una casa de cambio en el aeropuerto que obviamente nos cobró una tasa, pero no tan abusiva como se podría esperar.
SEGURIDAD: Nada más llegar a Buenos Aires el taxista que nos llevó del aeropuerto al hotel nos advirtió de que tuviéramos cuidado con los robos, ya que eran frecuentes los “tirones” a los turistas. Nosotros no tuvimos ningún percance ni sensación de inseguridad en ningún momento.
Buenos Aires, como gran ciudad que es, tiene los problemas de inseguridad típicos que pueda tener una capital como Madrid o Barcelona, pero con una mínima precaución no debe de haber problemas: evitar andar de noche por zonas poco turísticas, no ostentar joyas, relojes o cámaras en sitios poco transitados y estar un poco más pendiente en lugares con aglomeración de gente para evitar a los carteristas, pero lo dicho, nosotros nos movimos por toda la ciudad y sin ningún tipo de problemas.
A Rio de Janeiro la fama de ciudad “peligrosa” le precede. La suerte nos acompaño de nuevo y tampoco hubo problemas aquí. Es más, en esta ciudad te pones unas chanclas y una camiseta y pasas totalmente desapercibido¡¡¡ Lo importante aquí es la discreción y no aventurarse por zonas que no sean turísticas. Vamos, no meterse en una favela con un “peluco” de oro en la muñeca y la cámara colgando del cuello. Hablando con los cariocas, algunos nos dijeron que la ciudad no es tan peligrosa como se cree. Solo hay que tener un poco de cuidado y otro tanto de “cabeza”.
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