Hoy teníamos por delante una jornada maratoniana de vuelos que empezaba a las 10:20 saliendo del mini-aeropuerto de Puerto Iguazú, llegada a 12:10 al Aeroparque de Buenos Aires y salida a Rio de Janeiro a las 16:55 para llegar ¡¡por fin¡¡ a las 19:55 a la “Ciudad Maravillosa”. Todo esto siempre y cuando Aerolíneas Argentinas nos lo permita…
Así que desayunamos en el hotel para coger fuerzas y esperamos el transfer que habíamos reservado la tarde antes, Four Tourist Travel, que salía más económico que un taxi. Hicimos algunas paradas en distintos hoteles recogiendo pasajeros y finalmente llegamos al aeropuerto.
Bueno, nada emocionante que contar esta vez. El vuelo salió más o menos en hora, cajita con bizcocho para entretenernos, aterrizaje la mar de aburrido para lo que ya estábamos acostumbrados y llegada al Aeroparque.
Pasamos los controles de aduana, rellenado por no sé cuanta vez la tarjeta de salida de Argentina y después de una cola enorme, llegamos a la puerta de embarque. Allí nos apalancamos en un par de sillones y esperamos a que saliera nuestro vuelo. Mientras pudimos comprobar lo aficionados que son los brasileños a los duty-free. ¡¡Salían hasta arriba de bolsas¡¡
El vuelo salió en hora y sobre las 8 de la tarde aterrizamos en Rio. Como nos habían tocado los asientos junto al ala, apenas pudimos ver la ciudad en el aterrizaje. Pero ya la disfrutaríamos mañana…
Después de recoger la maleta encontramos una casa de cambio y cambiamos euros por reales a no se qué precio. Pensamos hacerlo así para no perder tiempo el día siguiente buscando bancos en Rio para cambiar. Además habíamos leído que a veces las casas de cambio, ofrecían mejores cambios que los propios bancos.
Avanzamos un poco más y de repente al doblar una esquina nos encontramos de frente con cuatro o cinco ventanillas y unas chicas detrás desgañitándose y casi con medio cuerpo fuera intentando llamar nuestra atención¡¡¡ Anda, lo que estábamos buscando. Las compañías de remises. Total, que al pito pito, fuimos hacia unas de las ventanillas y contratamos un remis, que si se pagabas la ida y la vuelta, te hacían un descuento.
Y en una media hora, cuarenta minutos estábamos llegando a nuestro hotel. El viaje en taxi, una experiencia. Pero nada que ver con la que aún nos quedaba con los autobuses cariocas. ¡¡Cómo corren los “jodios”¡¡
Nuestro hotel estaba situado en Praia do Flamingo: HOTEL MENGO PALACE: Rua Correia Dutra, 31. 195 reales la habitación doble con desayuno (tarifa internet, allí era más caro) No me pidieron ningún dato para hacer la reserva por email. Wifi era un poco caro: 5 reales al día. La zona donde estaba el hotel era bastante tranquila, por un lado, la avenida Praia do Flamingo, donde paran un montón de autobuses, y por arriba, la Rua do Catete, una calle comercial típica carioca. Nosotros paseamos por la zona tranquilamente y en ningún momento, sentimos inseguridad ni vimos nada raro.
Y ahora, a descansar que mañana tocaba un día duro…
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