Terminamos nuestra aventura en Rio de Janeiro experimentando de nuevo el deporte de riesgo favorito de los cariocas: ir en taxi hasta el aeropuerto¡¡ Fuimos de nuevo con la misma compañía de taxis que nos trajo del aeropuerto al hotel. Reservamos la tarde de antes y superpuntual apareció el conductor la mañana siguiente a por nosotros.
El vuelo salió a su hora y llegamos a Buenos Aires (al Aeroparque) sobre las 2 de la tarde. De nuevo, pasamos los trámites de inmigración, cambiamos algo de dinero a pesos y pillamos un taxi que nos dejó en nuestro hotel favorito: el Ibis Obelisco. Recogimos las maletas que llevaban más de una semana en consigna y que estaban enterradas literalmente debajo de un montón de maletas más. Ay!!
Repetimos en la Pizzería Guerrin, esta vez empanadas y pizza de carne picada ¡¡Ríquísima!! Y probamos una bebida que beben mucho en Argentina: Paso de toros, que es una especie de Fanta de pomelo que ni fú ni fá.
Ya con fuerzas nos fuimos a comprar algunas cosillas a la calle Florida, que para no variar, estaba a tope de gente. Sale bastante bien de precio la ropa de deporte de marca y los artículos de piel. De hecho hay una cadena de tiendas que se llama Prüne, que tiene bolsos y zapatos de piel muy muy bonitos y nada caros si los comparamos con los precios de estas cosas en España. Hay varias tiendas de esta marca por Buenos Aires, y concretamente una en Galerías Pacífico. Además las cosas que compres en esta y otras tiendas tienen devolución de las tasas. En la planta baja de Galerías Pacífico hay un stand donde presentas el ticket de compra y te dan un papel que luego, en las oficinas de devolución de tasas del aeropuerto enseñas junto con las cosas compradas y te devuelven las tasas.
También compramos un par de cajitas de 6 alfajores en Havanna. De vuelta al hotel, vimos un montón de gente por la Avda. Corrientes: un montón de niñas de 13 o 14 años, con las caras pintadas y con camisetas de un grupete que se llamaba “Casi Angeles”. No sé si serían cantantes o de alguna serie de la tele, o yo que sé, el caso es que había cientos de niñas emocionadísimas alrededor de un teatro, supongo yo que para pillar autógrafos o alguna foto de los susodichos¡¡
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